El mundo laboral está lleno de riesgos laborales. Los trabajadores están expuestos cada día a una serie de riesgos que pueden provocar algún accidente. En el peor de los casos, las consecuencias pueden ser graves o mortales. Si te interesa el tema, no te pierdas el Curso de Recepcionista en Talleres de Automóviles + Técnico Experto en Atención al Cliente.
Sigue leyendo porque te explicamos los principales riesgos que existen en un taller mecánico. También te contamos cómo se pueden evitar , la normativa de seguridad que se debe seguir y el papel que desempeña el recepcionista del taller.
Índice de contenidos
Riesgos laborales en un taller mecánico
A veces un exceso de confianza o un despiste pueden tener consecuencias para la salud. Por ello, todos los trabajadores de un taller deben respetar las normas de seguridad. Algunas de ellas se basan en la señalización de peligros o el uso de equipaje individual y homologado. Aun así, aquí te dejamos los principales riesgos laborales que ocurren en un taller de coches:
- Caídas. El desorden o los líquidos derramados en el suelo pueden provocar resbalones y tropiezos.
- Cortes, golpes y aplastamiento. En el taller se manejan muchas herramientas. La mayoría pueden provocar lesiones o cortes fácilmente. En los elevadores también existe el riesgo de aplastamiento.
- Inhalación de productos químicos y gases. Trabajar con combustibles y productos químicos supone un riesgo para las vías respiratorias. La inhalación de gases como el monóxido de carbono que expulsan los motores de combustión interna, también.
- Químicos en contacto con la piel. Manipular disolventes o derivados del petróleo pueden producir dermatitis y otras patologías en la piel.
- Quemaduras. Soldar o hacer otros arreglos con el soplete suponen un riesgo de sufrir abrasiones.
- Afecciones en la vista. Relacionado con el punto anterior, las chispas de la soldadura también pueden provocar incendios y daños graves en la vista.
- Exposición a vapores de pintura. Afectan a la vista, piel y vías respiratorias directamente. Esto se debe porque se realizan en cabinas.
- Daños en los oídos. Motores en marcha, golpes, herramientas neumáticas… la presencia de ruidos es constante durante la jornada laboral.
- Sobreesfuerzos. Mover grandes pesos que excedan la capacidad física, movimientos repetitivos o posturas incorrectas.
- Incendios y explosiones. Trabajar con materiales combustibles o tener las instalaciones eléctricas inadecuadas aumenta el riesgo de producirse incendios y explosiones.
Cómo prevenir los riesgos laborales
Para reducir los riesgos en el taller es necesario que todos los miembros estén al día con la normativa sobre prevención de riesgos laborales. Los trabajadores deben aplicar las normas de seguridad. El gerente debe controlar que todos cumplan estas pautas y evaluar los posibles riesgos. Si existen, deberá minimizarlos.
Las instalaciones
El taller debe estar limpio y ordenado para que los trabajadores puedan hacer sus tareas con el menor riesgo posible. Además, la temperatura debe estar entre los 27 y 14 grados. La humedad debe estar entre el 30% y 70%. El ruido no puede superar los 87 decibelios sin protección auditiva. Las instalaciones también deben estar ventiladas correctamente para evitar la acumulación de gases tóxicos. En caso de tener dispositivos de ventilación, deben limpiarse con regularidad. La iluminación también es muy importante.
En todo el taller debe haber señalizaciones, ya sea por productos que son inflamables, zonas de riesgo eléctrico o de caídas.
El equipamiento
Todas las herramientas y equipamientos deben estar homologados y tener un mantenimiento. Sistemas elevadores, equipos de chapa y pintura… tienen que garantizar la máxima seguridad y eficiencia. Respecto al ruido, se recomienda disponer de protecciones o equipos de trabajo que generen menos ruido.
Los trabajadores también deben ir ataviados con Equipos de Protección Individuales (EPI’s). Tienen que disponer de mascarillas, botas, cascos, guantes o tapones homologados. Respecto a las distintas áreas del taller, los trabajadores deben ir equipados conforme con la tarea que desempeñen. Es decir, el soldador tiene que ir equipado con gafas protectoras y guantes.
Situaciones de emergencia
En el taller también debe haber botiquines y extintores para garantizar la seguridad en casos puntuales. Todos los miembros del taller deben conocer los pasos a seguir ante un accidente, lesión o incendio. Por eso, la empresa debe poner a su disposición la formación en prevención de riesgos y primeros auxilios.
Formación obligatoria en riesgos laborales
La formación en prevención de riesgos laborales (PRL) será obligatoria a partir de 2020 para todos los trabajadores de talleres de coches. Por tanto, se multará a todo aquel taller que no cumpla con esto.
A finales de 2017 se publicó en España el II Convenio Colectivo Estatal de la Industria, Tecnología y Servicios del Sector Metal. En este se destaca el artículo 19 de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales. En él se detalla que en 2020 todos los miembros de un taller mecánico deberán tener dicha formación actualizada.
La formación consiste en cursos relacionados con prácticas seguras en talleres mecánicos y equipos de seguridad. También sobre la elaboración de planes de emergencia o normas para saber cómo actuar en caso de accidente. Según los rangos, los gerentes y administrativos pueden cursar la formación a distancia o presencial. En cambio, los encargados de electromecánica, chapa y pintura han de ser presenciales. La ley también contempla que todos los trabajadores del sector realicen un curso para reciclar conocimientos cada tres años.
Todo esto será comprobado por inspectores de trabajo y seguridad social. Si encuentran alguna deficiencia y no es arreglada en un plazo concreto, se levantará una acta de infracción junto con una sanción administrativa. En caso extremo, un inspector puede paralizar el funcionamiento del taller.
La figura del recepcionista en un taller de coches
Entre los trabajadores de un taller encontramos la figura del recepcionista. Este no sólo se encarga de atender a los clientes, sino que también es la imagen del taller. Al igual que el resto, también debe formarse en PRL. Algunas de sus tareas consisten en elaborar y entregar presupuestos por escrito o comprobar con el cliente las reparaciones echas. También se encarga de inspeccionar el vehículo cuando llega al taller o explicar las facturas a los clientes.
Además de ser amable, competente y eficaz, el recepcionista debe contar con ciertas cualidades:
- Tener conocimientos técnicos
- Capacidad de decisión
- Ser organizado y saber trabajar en equipo
- Ser buen vendedor
- Tener don de gentes
- Responsable y confiar en si mismo