La biomasa es una de las fuentes de energía renovable más respetuosas con el medio ambiente y que no supone una fuente de gastos muy importante. La biomasa en sí son los residuos orgánicos que producen las plantas, animales y personas. Por ejemplo, las hojas de los árboles, los excrementos de los animales o los desechos de la agricultura. Sin embargo, cuando se hace referencia a la biomasa como fuente de energía, se habla del proceso que utiliza los residuos mencionados para producirla.
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¿Cómo se puede utilizar la biomasa?
Para obtener energía de la biomasa hay dos métodos: uno directo y otro indirecto. El más sencillo es el de combustión directa. Un ejemplo de ello es la quema de madera.
Con la combustión de biomasa sólida se puede generar energía térmica y eléctrica para producir electricidad, calefacción y agua caliente. Todo ello se hace a través de unas calderas, las cuales utilizan como fuente de energía combustibles naturales como residuos forestales, cáscaras de frutos secos o huesos de aceitunas. Entre otras ventajas, estas calderas resultan muy eficientes para el medio ambiente, económicas y seguras. Tienen un ahorro del 75% en comparación con las calderas tradicionales.
La biomasa también se aplica para obtener biogás y otros biocombustibles, como el biodiesel. Este resulta una alternativa para sustituir el gasóleo que se obtiene de aceites vegetales y grasas animales. Por tanto, es un combustible menos contaminante, más seguro y menos tóxico. Además, se puede utilizar como carburante para cualquier vehículo.
Ventajas de la biomasa
La primera gran ventaja de esta energía es que es renovable. Se obtiene de fuentes naturales que producen gran cantidad de energía o que se regeneran de forma natural. Además, convierte los residuos en recursos. Sectores como el agrícola o el industrial pueden reciclar sus excedentes, y los residuos generados por la biomasa, como las cenizas, pueden reutilizarse como abono.
Esta fuente de energía no contamina. Aunque se aprovecha la energía para realizar combustiones, los restos de plantas quemadas expulsan la misma cantidad de CO2 que la que absorbieron a lo largo de su vida. Por tanto, no supone un aumento de este gas para la atmósfera. Igualmente, con la biomasa se consiguen los mismos resultados que con otras energías más costosas. Cuesta cuatro veces menos que el petróleo o el carbón y su precio es más estable porque no depende de cuestiones geopolíticas.
Métodos para convertir la biomasa en energía
Para transformar la biomasa en energía existen tres métodos distintos, pero dos de ellas son los más utilizados actualmente. Aquí te los explicamos.
Métodos termoquímicos
Se utiliza el calor para transformar la biomasa a través de materiales como madera, cáscaras o paja, ya que no contienen humedad. Se utilizan para combustión, pirolisis, co-combustión y gasificación.
Métodos bioquímicos
En estos métodos se usan microorganismos diferentes que degradan las moléculas. A diferencia de los métodos anteriores, en este se utilizan para generar biomasa con mucha humedad. Dentro de estos métodos encontramos la fermentación alcohólica y la metánica.