El control de calidad se basa en un conjunto de herramientas, mecanismos o acciones que sirven para identificar posibles errores o taras en un producto. Se hace un seguimiento detallado para asegurar que lo producido cumpla con los objetivos planteados y las legislaciones correspondientes. Así pues, se convierte en una etapa crucial en cualquier proceso productivo. Asimismo, los controles de calidad también se realizan en empresas dedicadas a ofrecer servicios, ya sea a través de encuestas a clientes u otras técnicas. Si quieres saber más sobre el tema, quédate con nosotros. En este post te explicamos la importancia del control de calidad y cómo se realiza. También te recomendamos que complementes tus estudios con el Máster en Calidad, Excelencia Empresarial y Modelo EFQM.
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¿Por qué establecer un control de calidad en una empresa?
Cuando se establecen sistemas de control de calidad se está ofreciendo y satisfaciendo a los clientes para conseguir los objetivos marcados a nivel empresarial. Por ello es muy importante aplicarlos en todos los procesos de una compañía, porque se garantizan unos estándares mínimos y una homogeneización de los productos y servicios.
Los métodos de control de calidad han de ajustarse al tipo de empresa, ya que no se utilizan los mismos para una pyme que para una multinacional. Además de establecerse como una pauta para mejorar, estos mecanismos permiten la autoevaluación de todos los procesos, mejorando la gestión de riesgos.
Así pues, aplicar sistemas de control de calidad puede suponer un cambio en la cultura empresarial. No solamente afectará a los productos y servicios ofrecidos, sino también a la plantilla, cambiando sus actitudes, métodos de trabajo y búsqueda de mejora.
Ventajas de aplicar sistemas de control de calidad
Entre los beneficios que tiene aplicar un sistema de control de calidad destacan:
- Orden, importancia e interrelación de los diferentes procesos de una empresa.
- Seguimiento exhaustivo y detallado de las operaciones, productos y servicios.
- Detección de problemas antes de tiempo, lo que permite corregirlos con facilidad.
- Ahorro de costes en devoluciones, quejas y reclamaciones.
- Mejora continua y especialización.
- Confianza del cliente con el producto o servicio.
- Buena imagen empresarial por mantener un estándar de calidad.
Herramientas para gestionar la calidad
Existen muchos métodos para la mejora continua de la calidad de los productos y servicios de una empresa, así como la solución de problemas. Pero se puede decir que hay siete herramientas básicas para ello. Estas son:
- Hoja de comprobación. Se registran los datos relativos a determinados sucesos. Es un método muy sencillo.
- Diagrama causa – efecto. Sirve para registrar, clasificar y demostrar posibles causas, ya sean problemas específicos como efectos deseados.
- Gráficos de control. Es una herramienta de estadísticas que se utiliza para controlar y mejorar los procesos. Se analizan las variaciones a través del tiempo.
- Histograma. Se representa la distribución de frecuencias de un grupo de datos a través de un gráfico de barras verticales.
- Diagrama de Pareto. Permite discriminar entre las causas más importantes de un problema con las que lo son menos.
- Diagrama de dispersión. Ayuda a identificar la relación entre dos variables.
- Estratificación. Se trata de clasificar datos por grupos con características similares. Todo ello se muestra gráficamente.