El peeling es un tratamiento facial muy utilizado para recuperar la luminosidad de la piel, así como alisarla y regenerarla. Pero debes saber que hay diferentes tipos de peeling, más o menos suaves y todos ellos no invasivos. Por eso, si quieres saber cuáles son y qué ventajas nos ofrecen, sigue leyendo. Y si quieres especializarte en el sector de la estética y la belleza, echa un vistazo al Máster en Medicina Estética + Máster en Tratamientos Faciales. ¡Vamos allá!
Índice de contenidos
En qué consiste un peeling
Los poros de nuestra piel, ya sea del rostro o del cuerpo, absorben una gran cantidad de partículas. Además, las células de la dermis mueren y se regeneran, por lo que nuestra piel se ve afectada. Ante ello, muchas personas acuden a centros estéticos para realizarse un peeling.
El peeling es un tratamiento que sirve para exfoliar la piel en mayor o menor profundidad. Como hemos mencionado, es una técnica no invasiva y se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, sobre todo en el rostro. En definitiva, se caracteriza por ser un tratamiento sencillo y que ofrece resultados eficaces.
Asimismo, hay diferentes tipos de peeling (que explicaremos en breves), por lo que las técnicas y los productos que se utilizan son distintos. Por ello, es muy importante acudir a un profesional de la estética, ya que es el encargado de evaluar cada caso y recomendar el mejor tratamiento para cada tipo de piel.
Qué beneficios aportan los peelings
Independientemente del tipo de peeling con el que nos tratemos, todos ofrecen una serie de ventajas para nuestra piel:
- Rejuvenecen el cutis.
- Homogeneizan el tono de piel.
- Aportan firmeza.
- Reducen los poros dilatados.
- Remueven imperfecciones.
- Suavizan cicatrices.
- Regeneran el tejido, aportando luminosidad y elasticidad a la piel. Además, la deja más lisa y tersa.
- Suavizan arrugas.
- Eliminan manchas y marcas de acné.
- Es una alternativa no quirúrgica al envejecimiento de la piel.
Tipos de peeling con los que podemos tratarnos la piel
Existen distintos tipos de peelings. Estos varían según la técnica que se aplica o la profundidad en la que exfolian nuestra dermis. A continuación, te lo explicamos en detalle.
Peelings según la técnica aplicada
Dentro de estos, encontramos:
Peeling químico
Se utilizan cremas exfoliantes o ácidos abrasivos, como los alfahidroxiácidos, para quitar las capas más superficiales de la piel y eliminar imperfecciones.
Peeling mecánico
Este peeling se realiza con cepillos, tornos, piedras, cristales o lijas. La dermoabrasión con punta de diamante es un ejemplo de este tipo de peeling. Con ello se erosionan las capas superficiales de la piel, propiciando la regeneración de esta y difuminando arrugas, marcas y manchas.
Peeling ultrasónico
Se aplican ultrasonidos para limpiar en profundidad la piel. Se desobstruyen poros, se reducen imperfecciones y se favorece la penetración de principios activos en la dermis.
Peeling físico
Se utilizan laser resurfing con Co2 y Erbium. Sirve para mejorar el aspecto de la piel en general, rejuveneciéndola, eliminando las líneas de expresión y zonas lesionadas. Además, estimula la producción de elastina y colágeno.
Peelings según la intensidad o profundidad
Según la profundidad en la que inciden en la piel, hay tres tipos de exfoliantes:
Peelings superficiales
Son los más suaves y actúan en las capas dérmicas más superficiales. No descama la piel y estimula la dermis.
Peelings medios
Como su nombre indica, su nivel de agresión es medio. Se aplica un ácido para renovar las capas superficiales y medias de la piel, regenerándose con más intensidad que en el caso anterior. Se aplica para eliminar cicatrices y reducir arrugas.
Peelings profundos
Es el más agresivo porque incide y actúa en las capas más profundas, además de mostrar mejores efectos y que duran más tiempo. Normalmente se aplican en casos en los que la piel se muestra muy deteriorada o un alto grado de fotoenvejecimiento.