Con el paso del tiempo, nuestra piel envejece y pierde elasticidad, reduciéndose la producción de colágeno y elastina. Con ello, la piel se vuelve flácida, aparecen arrugas y líneas de expresión. Para combatir todos estos signos del envejecimiento facial, la medicina estética ofrece numerosas soluciones eficaces y mínimamente invasivas. Una de ellas es el uso de hilos tensores, un tratamiento antiaging que ha ganado muchos adeptos en los últimos años. Pero, ¿sabes lo que son y cómo se utilizan? En el post de hoy resolvemos todas tus dudas. Y si quieres especializarte en el campo de la medicina estética, recuerda que tenemos disponible la doble titulación Máster en Medicina Estética + Máster en Tratamientos Faciales. ¡Síguenos!
Índice de contenidos
Qué son los hilos tensores
Los hilos tensores en medicina estética, también conocidos como hilos mágicos faciales o hilos japoneses (debido a su origen), son unos filamentos del grosos de un cabello y fabricados con materiales que son biocompatibles. El material más habitual es la polidioxanona, que es reabsorbible y antialérgico. Estos hilos son muy utilizados para suturar en cirugías cardíacas, ya que son muy seguros y se pueden retocar después de su aplicación.
Tipos de hilos mágicos faciales y usos
Según la zona y la finalidad para que se vayan a utilizar, existen diferentes tipos de hilos mágicos faciales, concretamente tres. Estos son:
Hilos espiculados o dentados
Como su nombre indica, estos hilos tienen forma serrada, permitiendo un mayor agarre a la dermis. Se utilizan para tratar las zonas con más flacidez, como las mejillas, el cuello o la mandíbula.
Hilos tensores multifilamento
Están confeccionados con varias hebras y aportan un efecto de relleno armónico y de apariencia natural. Se utilizan para tratar las arrugas en los labios.
Hilos tensores monofilamento
Estos hilos están formados por una sola hebra, siendo los más finos. Sirven para corregir la flacidez de la papada y afinar el óvalo de la mandíbula. También se pueden aplicar en los brazos, abdomen o glúteos.
Cómo es un tratamiento con hilos japoneses
Los hilos japoneses se introducen a nivel dérmico con la ayuda de una aguja muy fina. El número de hebras utilizadas dependerá de la extensión de la zona a tratar. Aun así, en el caso de utilizar en tratamiento a nivel facial, la cantidad más habitual que se coloca es entre 6 y 15 hilos.
Este tipo de tratamiento no necesita sutura, por lo que el proceso es muy rápido y sencillo. Normalmente no se aplica anestesia, aunque puede haber pacientes que requieran de una crema anestésica. El proceso se realiza en una sola sesión, suele durar una media hora y el proceso es indoloro y no invasivo.
Qué se debe tener en cuenta después del tratamiento
Después del tratamiento, hay casos en los que puede aparecer una pequeña inflamación en la zona tratada, así como pequeños hematomas que desaparecen a la semana. Asimismo, el paciente debe aplicar frío en la zona tratada, así como evitar limpiar, rascar o tocar en 12 horas la parte en la que se han colocado los hilos. Los especialistas tampoco aconsejan tomar el sol durante los primeros días, además de evitar el deporte durante el primer mes.
Hasta cuándo duran los efectos
Los primeros efectos se notan al cabo de una hora, pero el resultado óptimo se consigue a los tres meses de poner los hilos japoneses. Su efecto se mantiene durante un año o año y medio. Esto sucede porque la envoltura de colágeno que se genera alrededor de los hilos permanece durante este periodo.