El menú de boda es lo que todos los invitados esperan para calificar tu enlace. Independientemente de cómo sea la ceremonia, ya sea religiosa o civil, el recuerdo que quedará será el banquete. En él se mostrará el presupuesto de los novios, su buen gusto y la atención con respecto a los invitados. Si quieres enfocar tu carrera profesional hacia el sector de la organización de bodas, no dudes en estudiar un curso wedding planner.
Para que te quede más claro, a continuación te explicamos cómo escoger el menú adecuado. No es tan sencillo elegir los platos perfectos, por eso te damos unos consejos que, sin duda, te ayudarán.
Índice de contenidos
¿En qué consiste el menú de boda?
El menú de boda o banquete consiste en los platos de comida o tapas que ofrecerás a tus invitados después del enlace. Este puede estar compuesto por cinco platos, aunque, según tu presupuesto, puedes disminuirlo a tres. Sin embargo, como más adelante te mostramos, tienes otras opciones que te permiten innovar y que se saltan estas reglas.
Un menú básico de boda incluye un aperitivo, una entrada, el plato fuerte, una guarnición y el esperado postre. Así como los ves, este es el orden en que deben servirse. Muchas parejas optan por ofrecer el aperitivo en una zona diferente a la se servirán el resto de platos.
Obviamente, las comidas serán elegidas en función a la temporada. Además, existe la moda, que es también el secreto para la buena digestión, de servir un cóctel tras el plato fuerte. Esto se realiza cuando al primer plato fuerte que, normalmente, es un pescado o marisco, le sigue una carne, en vez de la guarnición.
El aperitivo, que es el inicio al banquete, consta de pequeñas degustaciones, como pueden ser ibéricos, aceitunas, canapés, etc. La entrada suele ser ligera, pudiendo elegir entre ensaladas, sopas, mariscos, verduras, etc. El plato fuerte siempre corresponde a una proteína, como es la carne o el pescado, que elegirás según tu presupuesto. Le sigue una guarnición o, incluso, otro plato fuerte (carne, si antes seleccionaste pescado). Finaliza el banquete con el postre, donde no puede faltar la tarta nupcial y alguna que otra exquisitez.
Claves para elegir el menú perfecto
Ten en cuenta que acertar con todos los invitados es complicado, así que, lo mejor es no elegir demasiadas extravagancias. Selecciona lo seguro, aquellos platos típicos de tu cultura o país será mejor que servir comida extranjera, que no a todos va a gustar.
Con dos opciones de plato fuerte, como son el pescado y la carne, estarás aportando opciones para todos. De esta forma, los más comilones te lo agradecerán y los que gusten de uno de los platos también.
Aunque puedes realizar ideas originales, como te indicaremos más adelante, la satisfacción de los invitados de debe ser el objetivo. Para lograrla, cerciórate de que el menú no sea sinónimo de pasar hambre. Piensa que, si tú eres de poco comer, hay quienes comen mucho. Al final, el menú perfecto es aquel que deja satisfecho al invitado. Pero la elección del menú de boda no la harás nunca con los ojos cerrados, ya que dispones de la prueba, que todos los restaurantes te permiten realizar. Esta es indispensable para que todo salga a la perfección.
No te puedes olvidar de la bebida. Un buen vino, siempre que combine con los platos, es muy necesario. Debes elegir tanto el blanco como el tinto, sin olvidar los refrescos para los niños y las personas que no toman alcohol.
Tendencias e ideas originales
En caso de que busques algo más allá del típico banquete clásico de bodas, te sugerimos algunas tendencias que están triunfando últimamente. Algunas pueden suponer un riesgo para los invitados más tradicionalistas. Pero siempre puedes combinar lo nuevo con lo tradicional, con el fin de agradar a todos.
En este aspecto, se ha extendido la moda de alargar el aperitivo hasta convertirlo en la comida principal. Esto puede suponer un riesgo si se cuenta con poco presupuesto, ya que podría dejar insatisfechos a varios comensales. Si puedes optar por un aperitivo abundante y, sobre todo, variado, no tendrás problemas.
Al igual que te comentábamos antes, debes tener en cuenta la temporada. Quizá, para un menú basado en aperitivos te convenga una estación calurosa, para disponer de más platos fríos. Así, puedes combinar carnes, mariscos e, incluso, comidas exóticas internacionales, siempre que usen ingredientes de nuestra dieta, conocida por todos.
Otra sugerencia, que se parece a la anterior, es la del buffet. Siempre es interesante si puedes optar por un surtido sugerente, tanto frío como caliente. Puedes reservar el postre al final u optar por una mesa de postres, tan de moda en los últimos años.
En ambas opciones, tanto en el aperitivo continuo como en el buffet, puedes conseguir un ambiente relajado. Cada comensal va a su ritmo. En el caso de los aperitivos, los jóvenes disfrutarán el evento de pie, aunque siempre es bueno que dispongas de sillas para la mayoría. No te olvides de una música que invite a la charla, con un volumen adecuado.
Qué hay que tener en cuenta a la hora de escoger el menú
La elección del menú de boda no debe suponerte un dolor de cabeza. Para ello, está la famosa prueba que antecede al evento. Si el objetivo es contentar a los invitados, ten presente que hay gustos muy variados. Así que, los platos triunfarán con facilidad si forman parte de tu cultura y de la de tus invitados.
En cuanto a la gente que va a asistir al convite, debes contar con los niños pequeños, celíacos, diabéticos, alérgicos a algún tipo de alimento, etc. Para ello, junto a la invitación, puedes pedir que te indiquen si tienen algún tipo de problema o requieren de una dieta especial.
Por lo general, los restaurantes que organizan estos eventos están acostumbrados a contar con las excepciones antes descritas. No deben ponerte ningún inconveniente a la hora de realizar platos especiales. Asimismo, a los niños se les puede ofrecer un menú más adaptado a ellos. Es preciso que tengas en cuenta que no ingieren la misma cantidad que los adultos.
Al final, lo que más se valora de una boda es el banquete. Eso lo sabrás después de haber asistido a alguna. Saber acertar con todos los invitados puede ser difícil, por eso, el truco está en la variedad de los platos.