Celulitis, ojeras, estrías… Hay complejos que cuesta quererlos o nos obsesionan tanto que deseamos eliminarlos de cualquier forma para sentirnos mejor con nosotros mismos. Y son muchas las personas que recurren a la medicina estética para ello. Hoy en día, de entre la gran variedad de tratamientos estéticos que existen, la carboxiterapia es uno de los más completos, ya que puede aplicarse tanto en el cuerpo como en el rostro. Así pues, si quieres saber más sobre este método, sigue leyendo. Y recuerda que, si has estudiado medicina y buscas especializarte en algún sector, el Máster en Medicina Estética + Máster en Tratamientos Faciales puede ser tu mejor opción.
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¿Qué es la carboxiterapia?
La carboxiterapia es un tratamiento estético no invasivo, es decir, no es necesario pasar por el quirófano. Este método favorece la oxigenación de las células a través del dióxido de carbono (CO2). Este gas, que expulsamos cuando respiramos, ayuda al organismo a producir serotonina, catecolamina e histaminas que mejoran la circulación de la sangre. Esto sucede porque los tejidos subcutáneos se relajan y se produce una dilatación vascular.
Este tratamiento se aplica para estrías, celulitis y grasa localizada a nivel corporal. Para el rostro, sirve para tratar la flacidez de la piel, las arrugas y para blanquear las ojeras. Este método también se aplica en el campo de la cardiología, concretamente para tratar enfermedades relacionadas con la circulación sanguínea o la acumulación de grasa en las arterias.
¿En qué consiste la carboxiterapia?
Este método estético consiste en infiltrar dióxido de carbono por vía subcutánea, percutánea o intradérmica a través de una aguja fina. Esta está conectada a un equipo que controla el volumen y flujo del dióxido de carbono, además de mantener una presión constante durante la sesión. Una vez terminado el proceso, el especialista aplica un ligero masaje en la zona tratada, facilitando la distribución del gas.
Cuando se inyecta el dióxido de carbono, una parte se adhiere a la grasa, mientras que el resto se dirige al torrente de sangre. De esta manera, entra en contacto con la hemoglobina y provoca la generación de oxígeno. Como consecuencia, se incrementa el riego sanguíneo de la zona que ha sido tratada.
¿Cuántas sesiones de carboxiterapia son necesarias?
Como en muchos tratamientos estéticos, el número de sesiones dependerá de la zona y el estado a tratar. Cada sesión dura entre 20 minutos y una hora y al terminar, el paciente puede hacer vida normal.
¿Tiene efectos secundarios?
Sí, pero son mínimos. Puede darse un ligero dolor, enrojecimiento de la zona tratada, sensación de ardor o puede salir algún hematoma leve.
¿Existen contraindicaciones?
La carboxiterapia no se recomienda en pacientes con diabetes, cáncer o problemas renales. Tampoco en embarazadas o mujeres que se encuentren en periodo de lactancia. Así pues, antes de querer someterte a un tratamiento estético te recomendamos que siempre lo consultes previamente con tu médico o especialista de confianza.