La llegada de la COVID-19 ha puesto en evidencia muchos aspectos de la vida tal y como la entendíamos hasta ahora. Una consecuencia, entre otras muchas, que además ha hecho tambalearse económicamente a todos los países del planeta. Es increíble cómo una pandemia ha cambiado de un día para otro todo lo conocido hasta el momento. Y el sector inmobiliario no ha escapado a esta situación del todo excepcional y desconocida. Un escenario que plantea una necesidad urgente de reacción a la que nos tenemos que sumar. Si te interesa el sector de la vivienda, echa un vistazo al Máster en Asesoramiento Inmobiliario.
Sobrevivir a esta excepcionalidad pasa por anticiparse a una serie de medidas. Una afirmación que no contempla excepciones pero sí variables, dependiendo del sector. Así, vamos a repasar contigo cómo afecta el virus al sector en términos generales y al alquiler en particular.
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El sector inmobiliario ante la COVID-19
Está claro que prácticamente todos los sectores quedaban a expensas de la incertidumbre con la llegada de la COVID-19. Un panorama al que no ha escapado el sector inmobiliario. Efectos para un sector económico importantísimo en nuestro país, cuando dichas consecuencias no pueden valorarse en términos generales. No han sido las mismas para todos los territorios por igual, obviamente.
No obstante, hablando en términos generales, la pandemia dejaba en el aire un sinfín de operaciones inmobiliarias. Se producía una paralización del sector, que ahora se cuestiona cómo será la vuelta a la normalidad. ¿Qué va a pasar después del estado de alarma? ¿Cómo va a reaccionar la sociedad a medio y a largo plazo? Preguntas y más preguntas inevitables, suponemos que también para ti, en un panorama del todo desconocido.
Una situación que se agrava en los territorios en los que, además, el turismo, es el motor de gran parte de dichas operaciones. Operaciones que en su mayoría tienen que ver con el alquiler, otro de los grandes damnificados estos últimos meses.
Esbozada la situación, los expertos se han mostrado de acuerdo en que la duración de la cuarentena y el levantamiento de las restricciones de movilidad son los dos aspectos que más van a incidir en la recuperación del sector. Estas mismas voces se muestran optimistas en el hecho de una pronta recuperación en cuanto las restricciones cesen. Eso sí, previa adaptación del mercado a una nueva situación.
Las consecuencias del coronavirus dependiendo del tipo de alquiler
Centrándonos en los alquileres, es cierto que el comportamiento de estos no será el mismo para las viviendas que para los locales comerciales. Una desigualdad que, por ende, traerá secuelas distintas. Estos efectos, por otra parte, deberán ser la base para llevar a cabo los cambios necesarios destinados a la recuperación del sector.
Medidas y previsiones para los alquileres de viviendas
Renegociar los precios con los inquilinos con quienes mantienes contratos será una de las soluciones que habrás de adoptar si tienes inmuebles ya alquilados. Ajustar los precios a un mercado de la vivienda que va a experimentar una recesión es otra de las alternativas en la que todos los expertos coinciden.
Está claro que no se espera el mismo volumen de operaciones en la primera parte del año que en los dos últimos trimestres. Es normal si tenemos en cuenta esa incertidumbre a la que nos tenemos que acostumbrar. Dicho esto, es previsible que los trabajos vuelvan a la normalidad con el transcurso de los meses, así como la llegada de turistas o de estudiantes. Movimientos en cualquier caso que promueven el alquiler en las ciudades. Un ritmo de crecimiento más lento pero existirá, al que se contribuirá con ese reajuste en los precios.
Otro de los efectos que lleva a analizar alternativas tendrá que ver con los alquileres de apartamentos turísticos. En este sentido, se espera la caída en picado de este tipo de rentas mientras dure el cierre del espacio aéreo y la restricción de la movilidad entre territorios. Optar por la transformación del alquiler temporal por el de larga temporada es una de las grandes consecuencias en el sector. Una consecuencia que ya se deja notar y una reacción lógica, clave en esa recuperación de la que te estamos hablando.
La bajada o reajuste de los precios y la temporalidad de los contratos son las dos secuelas inmediatas de la COVID-19. Los efectos más llamativos en el mercado del alquiler en nuestro país.
Es de esperar que, pese a la caída de los alquileres, el turismo nacional ayude. No esperaremos el turismo extranjero, pero sí contaremos con el nacional. Un tipo de vacaciones que se va a declinar por los alquileres de inmuebles.
Mesuras para los alquileres de locales comerciales y oficinas
Son pocos los que se aventuran a augurar el futuro de este tipo de alquileres. El teletrabajo, las quiebras de negocios y la caída del emprendimiento son las notas negativas. Sin embargo, la pronta vuelta a la relativa normalidad hace que se espere que los contratos de estos alquileres se prorroguen o se mantengan.
Las ayudas y esa flexibilización serán las responsables del mantenimiento de estas transacciones. Sin embargo, serán los edificios en los que se comparten espacios el futuro más inmediato para los emprendedores. Decantarse por el coworking es una de las opciones que se barajan en estos momentos como tendencia. Quizá ya sepas que se trata de contratos o de alquileres con menos gastos para quienes se animen a emprender en este escenario tan inseguro al que nos enfrentamos.
En definitiva, nada está acabado en un país que ya ha conocido una enorme crisis y que reacciona ante la adversidad. Nada está dicho cuando, insistimos, el desconocimiento es obvio y es pronto para augurios.
Pese a todo, el sector inmobiliario se muestra optimista en la recuperación a medio plazo. Una recuperación en la que tanto los profesionales como los particulares y sus capacidades vamos a ser cruciales. Es indudable que todo ha cambiado en solo unas semanas debido a esta inesperada pandemia. Muchos de esos cambios serán transitorios; otros, no. La mayoría de esos cambios serán el motor de una transformación para la que tienes que estar preparado, como le sucede a uno de los sectores más importantes en nuestra economía: el inmobiliario.