Para que un fármaco haga su efecto, debe tener la concentración apropiada de cada componente químico que lo forma. Esta concentración varía en función de la dosis administrada del fármaco activo, así como del grado de absorción, la biodisponibilidad, distribución, metabolismo y excreción del medicamento. Y para explicar todo este proceso debemos recurrir a la farmacocinética, una rama de la farmacología que estudia los procesos a los que se somete un fármaco cuando pasa a través de nuestro organismo.
Así que, si te parece interesante y quieres saber más sobre ello, quédate. En este post vamos a profundizar en esta disciplina. Y recuerda que puedes enfocar tu futuro profesional hacia el sector sanitario a través del Curso online Auxiliar de Enfermería.
Índice de contenidos
¿Qué es la farmacocinética?
Como hemos mencionado, la farmacocinética es una disciplina de la farmacología que define los efectos que genera el organismo sobre un fármaco, estudiando el trayecto que sigue desde el interior hacia el exterior del cuerpo, siguiendo el curso temporal de su absorción – biodisponibilidad – distribución – metabolismo y excreción.
A diferencia de la farmacodinamia, que describe los efectos que tiene el medicamento sobre el organismo, la farmacocinética de un fármaco dependerá de sus componentes químicos y de factores relacionados con el paciente, como la predisposición de su organismo a tolerar o no dichos componentes, su edad, sexo o genética. Por ejemplo, los cambios que padece el cuerpo con el paso de los años afectan en muchos aspectos de la farmacocinética. Además, hay otros factores individuales, como la obesidad o la insuficiencia renal, que pueden predecirse, pero hay otros que se desconocen y sus efectos pueden ser impredecibles, como una patología latente sin ser diagnosticada.
Debido a estas diferencias, es muy importante que la administración y dosificación de fármacos se adapte a las necesidades y características de cada paciente, ajustando la dosis hasta conseguir los resultados terapéuticos que se pretenden alcanzar. Y es que la farmacocinética permite que los médicos puedan ajustar las dosis de forma más exacta y rápida, evitando efectos adversos y pudiendo individualizar la monitorización terapéutica de los medicamentos.
Etapas de la farmacocinética
Ahora que ya sabes en qué consiste la farmacocinética, es momento de hablar de las diferentes etapas por las que pasa el organismo al entrar en contacto con un fármaco.
Absorción
Para que un fármaco entre al torrente sanguíneo, tiene que ser absorbido desde su sitio de administración, salvo que se inyecte directamente. La eficacia de la absorción dependerá de la vía de administración, que puede ser oral, sublingual, subcutánea, rectal, intramuscular, tópica, intravenosa, intradérmica, epidural o por inhalación.
Biodisponibilidad
Se trata del porcentaje del fármaco administrado que alcanza a circular por el organismo. Si es intravenosa, su biodisponibilidad es del 100%, pero si el fármaco se administra por otras vías, normalmente la biodisponibilidad se reduce.
Distribución
La distribución del fármaco en los diversos tejidos del cuerpo no suele ser uniforme, ya que dependerá del tamaño de los órganos, la circulación sanguínea, la solubilidad y la fijación a las macromoléculas sanguíneas o al compartimiento tisular.
Metabolismo
Los medicamentos pueden metabolizarse por oxidación, reducción, hidratación, hidrólisis, condensación, conjugación o isomerización, con el objetivo de facilitar su excreción. El principal órgano encargado de metabolizar los fármacos es el hígado, pero la velocidad en hacerlo no es igual en todas las personas, porque depende de factores genéticos, patologías e interacciones farmacológicas.
Excreción
Es la última etapa del fármaco dentro del organismo. Los riñones son los principales órganos que se encargan de expulsar los fármacos en mayor cantidad. El sudor, la saliva o los pulmones también excretan, pero en menor medida. De esta manera, los fármacos suelen excretarse por vía renal o biliar.