Cuando compramos una nueva vivienda queremos que esté protegida para poder disfrutarla al máximo. Uno de los pasos para ello es inscribirla en el registro de la propiedad. Este trámite no es obligatorio, pero permite demostrar que somos los únicos verdaderos propietarios de cara a posibles trámites administrativos. Otro ámbito de la gestión de bienes inmuebles es el de la administración de fincas. Consiste en la prestación de servicios de administración y asesoramiento a propietarios, ya sea en comunidades de vecinos o con el fin de arrendar. Si estás interesado en dedicarte profesionalmente a ello, ahora puedes estudiar un curso inmobiliario que te capacitará para desempeñar todas las funciones que realizan los profesionales de este sector.
Si quieres dedicarte al sector inmobiliario y su gestión, sigue leyendo. Te contamos en qué consiste el registro de la propiedad y la administración de fincas.
Índice de contenidos
En qué consiste el registro de la propiedad
El Registro de la Propiedad es en realidad una institución pública, organizada también por territorios en toda España. Esta depende del Ministerio de Justicia. Este organismo se encarga de garantizar la legalidad en distintas transacciones en el ámbito inmobiliario. Además, permite a los propietarios de viviendas disponer de un documento oficial que establezca esa relación de propiedad. De esta forma, cuando compramos un bien inmueble podemos acceder a este servicio para hacer valer nuestro derecho sobre nuestra propiedad adquirida.
Sin embargo, este trámite no es obligatorio, sino que es voluntario. Eso sí, para pedir una hipoteca, por ejemplo, es necesario haber registrado la propiedad. Además, hacer esta inscripción tiene muchas ventajas:
- Ninguna persona podrá privarnos de nuestro derecho de propiedad ni hacer uso de él.
- Estaremos protegidos judicialmente en el caso de que el vendedor tenga deudas a pagar. Si se le embargan sus bienes, nuestra vivienda estará protegida por ser legalmente nuestra.
- Tendremos protección jurídica en el caso de que alguna persona pretenda disponer de nuestra vivienda de forma fraudulenta.
Por todo ello, es altamente recomendable inscribir los bienes inmuebles en esta institución. El fin de esto es poder acceder a la seguridad que ofrece el Estado en el ámbito jurídico-inmobiliario. Los posibles problemas derivados de no hacer esta inscripción pueden ser demasiado grandes como para no hacerlo.
Requisitos para registrar una propiedad
El requisito principal para inscribir un inmueble en el Registro de la Propiedad es que el propietario quiera presentar una solicitud. Esta se realizará en la oficina que corresponda según la ubicación de la finca.
Es necesario que el derecho que se pretende inscribir sea lícito, formal y posible. Por ello, la vivienda debe poderse inscribir según la legislación actual. También es necesario un título público para apuntar una finca en el registro. Los contratos privados no son suficientes para acceder a ello.
Pasos para inscribir una propiedad
Para inscribir un inmueble en el Registro de la Propiedad es necesario acompañar la solicitud con una serie de documentos. Es necesario el título de adquisición de la vivienda o del derecho real inscribible. Es decir, la escritura pública de compraventa, la permuta, la hipoteca, u otros. También puede servir la sentencia firme que reconozca el derecho de la propiedad o el justificante de pago del impuesto correspondiente. Según cada caso serán necesarios otro tipo de documentos.
Una vez hecha la solicitud, el registrador de la propiedad hará sus funciones, que te explicamos a continuación.
Qué hace un registrador de la propiedad
Un registrador de la propiedad tiene la responsabilidad de determinar la legalidad de documentos sobre la propiedad de los bienes inmuebles. Es decir, estos profesionales dan fe de que las escrituras y transacciones inmobiliarias son legales. También dan información transparente sobre las propiedades a los ciudadanos que lo requieran.
Ser registrador de la propiedad puede ser una opción de futuro muy llamativa. Los sueldos de estos trabajadores son bastante altos y la cantidad de trabajo no muy elevada. Eso sí, las oposiciones para ser registrador son muy duras y suelen llevar muchos años de preparación (unos 6 o 7). Sólo unos pocos consiguen llegar a obtener una plaza. El estudio de estos exámenes conlleva muchas horas de estudiar y memorizar leyes y llega a ser un proceso muy agotador. En España hay unos 1.100 registradores repartidos por todo el país, y forman parte del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España.
Los registradores son por lo tanto empleados públicos, pero su salario no es fijo, sino que depende de la actividad que hagan. Sin embargo, aprobar esta oposición tan difícil no es la única opción de trabajo en este sector. Los registradores contratan empleados para trabajar en su registro. Si te interesa esta área, siempre puedes formar parte de la oficina de un registrador realizando tareas de registro de la propiedad.
La administración de fincas
La administración de fincas consiste en el trabajo de gestión de comunidades de fincas a petición de los propietarios. Este ámbito de la gestión inmobiliaria incluye diversas tareas. Son algo diferentes según si se trata de la administración de una finca arrendada o la gestión de una comunidad de vecinos.
En el caso de la gestión de comunidades de propietarios, las áreas de trabajo incluyen, por ejemplo, asegurar que los bienes e instalaciones son conservados de forma adecuada. También realizar planes de ingresos y gastos en la comunidad, ejecutar las obras que han sido acordadas por los vecinos o custodiar documentación. Además, la administración de fincas también puede conllevar asesorar a la comunidad en lo que necesiten. Además de gestionar los contratos con los trabajadores de la finca, manejar la contabilidad o, incluso, intentar mantener una buena convivencia entre los vecinos.
Cuando se trata de fincas arrendadas, la administración de fincas se encarga más de tareas como seleccionar al arrendatario y gestionar el contrato. También cobrar las rentas, dirigir las obras necesarias en el inmueble o asesorar al propietario por cualquier cuestión que pueda surgir.
Cuál es el papel del administrador de fincas
En el día a día, un administrador de fincas actúa como un secretario de la comunidad. Convoca las reuniones de vecinos junto con el presidente, dirigiéndolas o dinamizándolas, redactando el acta, etc. Gran parte de su trabajo consiste en mediar en las posibles disputas. Puede ser que, inevitablemente, surgen entre los vecinos y que conciernen a la propiedad. Un ejemplo son las zonas comunes.
Además, una de las tareas verdaderamente importantes del administrador es asegurar la legalidad de las transacciones que realiza la comunidad. Es la persona que mejor conoce la legislación vigente en este ámbito. También se le puede adjudicar la función de representar a la propiedad cuando sea necesario. Para ser administrador de fincas podemos necesitar una formación específica en esta área. También se puede cursar alguna carrera un poco más general, como Derecho o Economía.
Estas dos áreas de gestión del ámbito inmobiliario, aunque algo desconocidas, pueden ser de mucho interés para las personas que sienten curiosidad por lo relacionado con la propiedad inmobiliaria. El registro de la propiedad es un servicio público a tener en cuenta para todas las personas que adquieren una vivienda. Se recomienda inscribirla a través de un registrador. Por último, la administración de fincas es un servicio muy útil para las comunidades de vecinos que busquen una buena gestión de su inmueble, así como para las personas que dispongan de una finca para arrendar.